Ribaroxaban, AAS e Ictus criptogénico
Se define el
ictus criptógenico (IC) como aquel del que no
podemos averiguar el origen después de llevar a cabo una completa
evaluación diagnóstica. Supone, según diferentes series, entre el 25 y el 40 %
de todos los ictus[1],
aunque algunos autores rebajan esa cifra hasta el 20%. Diversos estudios han
puesto de manifiesto la presencia de fibrilación auricular subclinica en un
alto porcentaje de las personas que sufren un IC. Esta cifra oscila entre un 16
y un 37 % dependiendo del tipo monitorización y de la duración de esta[2].
El riesgo de recurrencia a largo plazo es elevado: entre un 14 y un 20 % a los
dos años, y un 33,2 % a los 5 años, similar al de otros tipos de ictus. Sobre
la prevención de recurrencias del ictus criptogénico con ribaroxaban el estudio
NAVIGATE ESUS[3]
que a continuación os destripamos.
Se trata de un ensayo clínico,
aleatorizado, multicéntrico, doble ciego, doble simulación, cuyo objetivo es comparar la eficacia y
seguridad de Ribaroxaban, 15 mg/día,
frente a AAS, 100 mg/día; en la prevención del IC recurrente. En total se
reclutaron 7213 paciente que habían sufrido un ictus isquémico clasificado como
criptogénico, entre 7 días y 6 meses
antes del reclutamiento. El resultado
primario de eficacia fue el tiempo hasta el primer IC recurrente o embolismo
sistémico. Las variables secundarias
fueron la variable compuesta por muerte de origen cardiovascular, acva
recurrente, embolismo sistémico e infarto de miocardio, mortalidad por
cualquier causa. La variable principal de seguridad fue la presencia de
hemorragia mayor definida por los criterios de la ISTH.
El ensayo clínico fue detenido
prematuramente debido a un exceso de
hemorragias mayores en los pacientes
asignados a ribaroxaban y la falta de beneficio clínico. La edad media de los
pacientes fue de 67 años, un 62 % fueron
varones. Cabe señalar que un 7 % de los pacientes tenían un foramen oval
patente. El evento principal de eficacia se dio en 172 pacientes del grupo de
ribaroxaban frente a 160 en los tratados con AAS (hazard ratio 1,07; IC 95 %
0.87 a 1.33, p= 0,52). Se produjeron 13
ictus hemorrágicos en el grupo de
ribaroxaban frente 2 en pacientes tratados con AAS. No hubo diferencias en el
efecto ribaroxaban frente AAS en el resto de variables secundarias. En lo
referente a las variables de seguridad 62 pacientes presentaron una hemorragia
mayor en el grupo de ribaroxaban (tasa anual 1.8 %) frente a 23 en el grupo de
AAS (tasa anual 0.7%) (hazard ratio 2.72, IC 95 % 1.68 a 4.39, p < 0.001).
También fueron significativamente mayores las hemorragias mortales (hazard
ratio 2.34; IC 95% 1.28 a 4.29, P < 0.004) y las hemorragias intracraneales
sintomáticas (hazard ratio 4.02; IC 95% 1.51 a 10.27, P= 0.003).
En conclusión,
ribaroxaban no fue superior al AAS en la prevención de la recurrencia del ictus
criptogénico. En cambio su empleo se asocia con un riesgo hemorrágico
significativamente elevado frente al AAS.
Autor: Antonio Fornos Garrigós. Médico de familia. Director AP departamento Valencia-Hospital General-
Foto: Antonio Fornos.
Autor: Antonio Fornos Garrigós. Médico de familia. Director AP departamento Valencia-Hospital General-
Foto: Antonio Fornos.
[1] Shyam Prabhakaran, MD, MSMitchell SV Elkind, MD, MS, FAAN. UPTODATE.
Cryptogenic stroke. https://www.uptodate.com/contents/cryptogenic-stroke
[2] Taya V. Glotzer, Paul D. Ziegle. Cryptogenic stroke: Is silent
atrial fibrillation the culprit?. Heart Rhythm 2015;12:234-241
[3] Robert G. Hart, M.D., Mukul Sharma, M.D., Hardi Mundl, M.D et al.
Rivaroxaban for Stroke Prevention after Embolic Stroke of Undetermined Source. www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa1802686.
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